El Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la infancia señala que no hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y de hecho, de la civilización humana.

Al igual que los adultos, los niños no son inmunes a la vida y a las dificultades que en ella puedan encontrarse, aún cuando nuestra burbuja es a prueba de balas.

Esta idea nos plantea la importancia y la responsabilidad que tiene para todos el desarrollo de nuestros hijos, hermanos, alumnos y pacientes, entonces ¿qué podemos hacer cuando notamos que este no se está produciendo a un ritmo adecuado o el bienestar de nuestros niños se está viendo afectado?